14 Julio de 2025 12:33
Un yate valuado en 100 millones de euros que pertenece al empresario José Luis Manzano se incendió el viernes en el Puerto de Saint Tropez de la Costa Azul francesa, donde todavía las autoridades locales trabajan para contener los químicos contaminantes que se utilizaron para apagar las llamas y desde donde anunciaron que corre riesgo de hundirse por el estado en el cual quedó. Las causas están todavía investigándose, pero todo indica que el origen sería un presunto cortocircuito en el sistema eléctrico.

El Sea Lady II, como está bautizado el barco, es considerado como parte del 30% de los yates más lujosos del mundo. Es por eso que, durante el verano local, la tarifa en la que se lo alquila llega a los 90 mil dólares semanales, en un recorrido que suele ir de la Riviera francesa a la costa amalfitana italiana. Por este motivo, los pasajeros que había registrados a bordo fueron trasladados a un hotel cercano, mientras que dos tripulantes debieron ser atendidos por inhalar humo, de acuerdo a lo que informó Clarín.

La preocupación acerca de que se hunda está presente entre las autoridades portuarias porque el yate de 450 toneladas quedó escorado. Quienes trabajan en la recuperación de la zona estimaron el alcance de la contaminación por el combustible en 0,5 milímetros en la superficie. "No hay ninguna entrada de agua en el barco, ni ninguna fuga de petróleo", señalaron desde el equipo de buzos que investigó los hechos.
En ese sentido, el capitán del puerto de Saint-Tropez, Pascal Bonnet, destacó que "la navegación está autorizada, pero a una velocidad muy reducida, para no provocar turbulencias que puedan poner en peligro las operaciones de limpieza de la zona confinada". Esto quiere decir que el límite habitual de tres nudos se redujo a dos. Además, instalaron tres barreras con el fin de que no se propague la espuma antiincendios que se utilizó.

Si bien Manzano lo compró hace cuatro años, el yate de 40 metros que hospeda hasta 10 personas fue construido en 1986 en un astillero inglés y con el diseño del estudio de Don Shead, uno de los diseñadores de barcos deportivos profesionales más prestigiosos del planeta, quien falleció el año pasado. El exterior de la nave está compuesto por aluminio y teca, mientras que el interior tiene decoraciones en tonos arena y natural. Alcanza una velocidad máxima de 15,5 nudos gracias a sus dos motores diesel Caterpillar y puede tener una autonomía de 3.500 millas náuticas.
El empresario argentino tenía pensado ir a utilizarlo en agosto, cuando viaje allí el encargado de hacer platos célebres para él y sus invitados, el chef mendocino Lucas Bustos, quien viene de inaugurar un restaurante propio en Madrid llamado Gurisa.

