08 Mayo de 2025 10:37

Percy Rey Reto Trelles soñaba con una nueva vida en México y con el amor de una joven llamada Rocío. Pero nunca llegó a volar. Su ex pareja, María Esther Arias, lo esperó, lo apuñaló en el corazón mientras dormía y lo dejó morir en la cama donde había soñado con escapar. Hoy está presa, acusada de homicidio calificado. Era viernes, día de cobro. Como cada semana, Arias fue al departamento de la víctima en el barrio porteño de Saavedra. Ya no estaban juntos. La relación había terminado meses atrás, marcada por celos extremos, violencia psicológica y control asfixiante. Pero ella seguía apareciendo. Siempre los viernes. Siempre cuando él tenía algo para perder.
Percy tenía 41 años, era carpintero, sereno en una obra en construcción, y soñaba con empezar de nuevo en México. Su madre lo sabía, sus amigos también. Había una chica llamada Rocío, había charlas y un plan para dejarlo todo atrás. Pero alguien más lo sabía: María Esther Arias. La mujer que no le permitía tener un celular propio, que lo acosaba, que lo maltrataba y, según testigos, lo golpeaba. Aquel 1° de febrero, la rutina se repitió, pero el final fue diferente. Percy fue hallado muerto dos días después, tendido sobre la cama en su precario departamento. Estaba semidesnudo, con una puñalada profunda en el pecho y otras siete heridas en el cuello.
Una de ellas le atravesó la tráquea. La autopsia reveló que intentó defenderse con su mano derecha antes de ser completamente vencido por el dolor. Las pruebas contra Arias fueron contundentes. Estuvo en la escena del crimen -ella misma había publicado una foto tomada en el departamento ese día-, y todo indica que lo atacó mientras él descansaba. Lo inmovilizó de un solo golpe certero en el corazón. No murió de inmediato. Sufrió. Se defendió. Y finalmente, se rindió. La mujer estuvo prófuga durante 18 días. Cuando la detuvieron, se negó a declarar. El fiscal José María Campagnoli fue claro en su acusación: homicidio calificado por el vínculo y hurto.
El dinero que Percy estaba a punto de cobrar nunca apareció. Según informó La Nación, tampoco su celular, que, según la madre de la víctima, había sido adquirido poco antes tras otro acto de violencia de Arias. Nelly Nancy Trelles Regalado, la madre de Percy, fue una de las voces más desgarradoras en el expediente. Declaró que su hijo vivía atemorizado. Que una vez apareció todo arañado. Que Arias le rompía los teléfonos y que, por eso, él le había entregado su pasaporte para protegerlo. "Me dijo que si ella lo encontraba, se lo iba a romper", recordó entre lágrimas. Percy quería escapar. Estaba enamorado de otra persona. Quería dejar atrás el infierno. Pero no lo dejaron.
El proyecto de vida, el viaje, Rocío, todo se desvaneció con el filo de un cuchillo. Hoy, María Esther Arias espera el juicio oral que la enfrentará con la evidencia, con los testigos y con el peso de una historia de control, celos y violencia que terminó en tragedia. Percy, al que todos llamaban "el Chino", soñaba con volar. Pero lo mataron antes de despegar.