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"Me arrancó la bombacha y...": el otro abuso que complica a Villa en la causa por violación

El desgarrador testimonio de una de las jóvenes que estuvo en la casa del futbolista el día que habría violado a Rocío Tamara Doldán.

por Manuela Fernandez Mendy

15 Mayo de 2023 13:33
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Violó, golpeó, coimeó a la Policía y volvió a abusar de otra joven. Esa es la escalofriante secuencia con la que la fiscal Vanesa González solicitó el viernes la elevación a juicio oral de la causa en la que se lo acusa a Sebastián Villa de "abuso sexual con acceso carnal". La declaración clave de la amiga de la novia del guardaespaldas del futbolista que estuvo presente en la madrugada en la que Rocío Tamara Doldán denuncia haber sido violada y el ataque sexual que expuso ante la Justicia, aunque se negó a denunciar.

Sábado 26 de junio del 2021, diez de la noche. Doldán y Villa, que para ese entonces llevaban dos años de una relación signada por muchos "idas y vueltas", disfrutaban de un asado junto a otros jugadores del plantel xeneize en un barrio cerrado de la localidad de Ezeiza. Pero la noche se tornó violenta, después de que el delantero le hiciera una escena de celos y la acusara de querer seducir a uno de sus compañeros de equipo.

"Comenzó a elevarme el tono de voz y a ponerse más violento de lo habitual", recordó en su declaración Doldán, al tiempo que detalló que el futbolista ya se había tomado más de una botella de whisky antes de que se cumplieran las once de la noche. Al llegar a la casona que Villa alquilaba en el barrio privado Venado II, volvieron a discutir y el futbolista primero la golpeó y luego abusó sexualmente de ella. En la casa sólo se encontraba el "Vikingo", el guardaespaldas del deportista.

¿Villa con prisión preventiva? El segundo juicio por violación y cómo está la víctima

Cuando la víctima logró escapar de la habitación de Villa se encontró con una fiesta paralela en el living. "Cuando salgo, habían unas chicas; no recuerdo cuántas, eran como cinco o seis. Una sé que estaba con el Vikingo, los vi besándose; se ve que era su novia con amigas, que eran cuatro más. Había música. Cuando estaba en la habitación y empecé a gritar que me quería ir, es cuando escucho que la música se pone fuerte. Cuando salgo de la habitación veo a estas chicas que no sé quiénes son", reconstruyó Doldán.

Dos de las jóvenes que participaron de la fiesta se convirtieron en testigos clave de la causa. Una de ellas, identificada como N.A.C -tales sus iniciales-, asistió a la casa de Villa invitada por la novia del seguridad del futbolista: "Estábamos haciendo una presencia con una amiga en un boliche de San Telmo y (la novia del Vikingo) nos dijo que podíamos ir (a la casa del futbolista), que nos pagaban la presencia, que nos pagaban el UBER. Nos tenía a nosotras dos, pero estaba buscando a más chicas".

"En total éramos cinco chicas con ella. Nos anunciamos (en el country), nos pidieron el documento a todas y la mayoría no lo teníamos, dejamos el número. Creo que le preguntaron a Sebastián si nos daba el 'ok' para ingresar y ahí entramos. La casa estaba oscura con música bajita. Nos quedamos unos minutos hasta que Sebastián salió de la pieza con Tamara de la mano", recordó en su declaración.

Las jóvenes se sorprendieron al ver a la pareja del futbolista en la casa y atinaron a irse. "Nos queríamos ir porque la vemos a Tamara que sale con él y notamos como que había una relación. Mi amiga ya lo conocía a Sebastián y ya había ido dos o tres veces a su casa. No sabíamos que ella estaba. Al ver esa situación dijimos: 'Vámonos'. Ellos bailaban, parecía como que estaba todo bien, no imaginé que iba a pasar lo peor o que había pasado lo peor, porque yo no estaba cuando pasó eso".

Pero N. no estaba sola. Mientras Tamara intentaba escapar junto a su amiga, ella estaba preocupada porque no podía contactarse con F.M., quien se encontraba junto a Villa en la habitación de huéspedes que usualmente ocupaba su amigo Félix. Su testimonio no sólo corroboró lo declarado por la denunciante, sino que ella también aseguró haber sido abusada por el futbolista aquella madrugada.

"Cuando entramos, estaba todo apagado. Habían whisky y bebidas. Él salió de la pieza con la chica, con Tamara. El Vikingo nos dijo que tomáramos lo que quisiéramos y que nos acomodáramos. Ella (por la víctima) después llamó a una amiga y le abrieron la puerta y le pagaron el remís. Estuvimos un rato ahí y...". La joven no pudo continuar con su declaración y debió ser asistida.

Narcisismo, impulsividad, neurosis y violencia: la pericia psicológica que complica a Villa

Minutos después, prosiguió con el crudo relato. "En el living le pregunté si me regalaba una camiseta, porque soy hincha de Boca. Me dijo que sí. El Vikingo, que estaba con su novia, le dijo que había una en la habitación. Él (por Villa) me agarró del brazo y de dos empujones me metió en la pieza, fueron dos segundos".

"Cerró la puerta. Me empezó a besar. Yo le dije que no quería estar con él, que sólo quería la camiseta. Me empezó a besar, yo me quería correr y él me besaba igual en la boca. Cuando intento salir de la pieza, me empujó a la cama. Forcejeamos. Él me agarraba de los brazos y me empujaba a la cama, no entendía que le estaba diciendo que no, estaba muy borracho", sumó.

Nota al lector: de la pericia psicológica realizada a Villa se desprende que el acusado "en sus relaciones interpersonales puede funcionar sin dificultades con respecto a la relación que establece con los demás, con excepción de los espacios en los que el medio le ofrece posibilidades de transgredir ciertos límites en relación a los otros, con la habilitación del consumo de sustancias tóxicas como el alcohol"."Se bajó los pantalones y se subió encima mío. En ese momento yo estaba en la cama. Le mandé un mensaje a mi amiga para que me viniera a buscar, porque el Vikingo estaba del otro lado de la puerta que estaba cerrada y cuando quería abrirla Villa me empujaba a la cama", advirtió.

Con un modus operandi casi idéntico al denunciado por Tamara, Villa continuó con su ataque sexual: "Me arrancó la bombacha y, cuando ya estaba encima mío, le dije que se pusiera un preservativo o que se sacara la ropa. Él me tenía agarrada de los brazos y, si bien me apoyaba, no llegó a penetrarme porque yo me corría. Le pedí aque se pusiera el preservativo o que se sacara el buzo para que ocupara sus manos y yo pudiera salir de la habitación".

"En ese momento pude abrir la puerta y mi amiga estaba del lado de afuera diciéndole al Vikingo que abriera. Él le decía que no, porque él 'trabajaba' para Villa. Cuando salí, mi mejor amiga me dijo que nuestros amigos nos estaban esperando afuera en el auto. Salimos y el Vikingo le dijo a Villa que nos diera la plata del Uber. Él agarró plata del auto y nos fuimos", cerró.

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