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Secuestrada por su padre, Mía ya lleva dos semanas desaparecida

La beba desapareció luego de que a su madre la degollaran. El padre permanece prófugo y tiene pedido de captura. Se montó un operativo de búsqueda por el país y la familia teme por la vida de la niña.

04 Diciembre de 2015 09:22
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A dos semanas de haber sido asesinada su madre, Mía sigue desaparecida. Blanca Estela Martínez fue degollada en su casa de la villa 31 bis de Retiro y nada se sabe del paradero de su pequeña hija. La beba, de sólo cuatro meses, habría sido raptada por su padre, según los indicios de la investigación y el testimonio de los vecinos.

La beba tiene cuatro meses y desapareció tras el asesinato de su madre.

El principal sospechoso de ser el autor material del homicidio es Domingo Evaristo Montiel Arias, el padre de la criatura que permanece desaparecido desde el asesinato de su ex mujer.

La familia denuncia que podría estar en Paraguay y temen por la vida de Mía.

"No sabemos nada, desde la Policía nos piden paciencia, pero es terrible estar así. Tenemos miedo por la nena, que le pase algo, ya que está en manos de un asesino, que se escapó y nadie lo puede encontrar", señaló Teresa Viveros, prima de la víctima, en diálogo con Diario Popular.

El femicidio de Blanca Estela Martínez, de 38 años y empleada doméstica, fue la consecuencia de una serie de episodios de violencia de género. Había denunciado varias veces a su pareja en la comisaría 46ª de la Policía Federal por episodios de agresión, violencia y amenazas.

La familia también busca a la criatura desde las redes sociales.

“No le dieron un botón antipánico, ni le impidieron a él que se acercara. Y en uno de esos ataques de celos, la peleó para sacarle un chip del celular, adelante del nene de 6 años. Entonces, ella le pidió al hijo mayor que se fuera a la casa de la abuela y cuando quedaron solos, la mató", explicó la familia.

El prófugo es conocido en el barrio como Cris Arias, pero se llama Domingo Evaristo Montiel Arias y actualmente permanece vigente su pedido de captura. Pese a la difusión del caso, sólo apareció el llamado de una chica que dijo haberlo visto en Rosario. La desesperación crece y Mía sigue en riesgo.

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