
Largas horas de espera finalmente tuvieron su recompensa. Se calcula que 100.000 almas vibraron el 18 de junio como un día histórico de reivindicación de los valores democráticos pero sobre todo de sentir lo que hace mucho no se vibraba en las calles: la mística peronista que se efectiviza cada vez que una situación política enrevesada se hace presente en las realidad de los y las ciudadanas. Los hechos por excelencia que hicieron que se manifieste la conglomeración de trabajadores peronista fueron dos: la proscripción de la presidenta del Partido Justicialista, Cristina Fernández de Kirchner por un lado y, por el otro, el hambre, la desidia, la crisis económica y moral que lleva adelante el gobierno de La Libertad Avanza.
La fórmula se repite. Con motosierra en mano, Federico Sturzenegger, destruye el Estado; con palos y gases, Patricia Bullrich pretende sostener a quienes salen a manifestarse y, con planes económicos de cartón, Luis Caputo entrega el oro y la economía a Estados Unidos. Es el verdadero triángulo de hierro que se sostiene con el triángulo de neón formado por los esotéricos hermanitos Javier y Karina Milei junto a Santiago Caputo, líder de la SIDE que doxea, persigue y hace pagar a quienes no estén dentro del régimen libertario.
El escenario parecía perfecto para el gobierno de las fuerzas del cielo que esta vez quedaron desdibujados por el Partido Judicial que mandó a dinamitar la última bomba, tal vez, mucho antes de tiempo: sacaron de la cancha a CFK, le dieron la domiciliaria por seis años y la inhabilitaron para ejercer cargos públicos. Sin embargo, ni esas fuerzas del cielo ni los lúgubres jueces tuvieron en cuenta el verdadero poder de organización de las fuerzas del pueblo.
Es así que una peregrinación de militantes viajaron desde los puntos más inhóspitos del país para verse las caras. No fue fácil: Bullrich impulsó controles exhaustivos y casi amenazadores... no encontraron más que banderas, panfletos y gente cantando feliz, casi como en un rito propio de una gira para ver a un artista amado. Desde las provincias llegaron cientos de colectivos que se encontraron con las cientos de miles de personas que ya ocupaban las calles del centro porteño.
Los lugares institucionales más importantes como la Casa Rosada, estaban completamente vallados, inaccesibles para ese pueblo que reivindicaba la identidad nacional. Sin embargo, un sol peronista ayudó para que toda esa gente relajara en los parques de las inmediaciones de Plaza de Mayo y del Congreso, tomara mate en familia, riera con chistes irónicos sobre el gobierno libertario que parece más un pase de comedia que un partido político con convicciones.
El 18 de junio es un día histórico en donde se vio una escena en loop: argentinos y argentinas lamiéndose las heridas, saldando las diferencias y buscando la unidad. No hay vuelta atrás: con el pueblo en las calles, la dirigencia peronista está presionada y la única salida es generar un plan de representatividad de cara a las elecciones de 2027.
En diálogo con BigBang y al borde de las lágrimas un joven militante de Cristina, autoconvocado expresó: "Tenemos que definir de qué lado estamos; si estás con el FMI, con los fascistas, con los sionistas o del verdadero lado de la libertad, de la democracia y de la justicia social". Además, festejó la "entereza" de la líder del peronismo y distanció la imagen de la expresidenta que pretende el Grupo Clarín: "Cristina está más fuerte que nunca".
En la misma línea advirtió: "Estos ideales no son de Cristina, estos ideales vienen de Perón, de aquellos que nos costaron 30 mil compañeros desaparecidos, de aquella gente que no sabe quiénes son sus padres porque se los robaron en la Dictadura tiránica que desangró a este país".
Una educadora de la educación pública también habló con contundencia: "Es lo correcto estar acá acompañando la defensa de la democracia. Los docentes estamos en jaque, pero lo que uno trata de transmitir en las aulas son herramientas de emancipación. También enseñarles que uno cuando está luchando, está educando. Es una oportunidad para demostrar que juntos como sociedad podemos lograr grandes cosas".
El breve pero contundente discurso de CFK que se oyó en cada rincón de Plaza de Mayo, fue como un bálsamo para los asistentes que, lejos de enojarse o violentarse -como muchas veces sucede en actos de ultraderecha- se rieron a carcajadas con las ironías de Cristina y se posicionaron con más fuerza en su defensa al oírla tan tranquila y segura.
Una jubilada, puso en palabras este hecho: "Me convoca ver a tanta juventud. Estaba en la panza de mi mamá cuando Evita decretó que las mujeres podían votar, eso lo llevo adentro y por eso soy tan peronista. Le pido a la juventus que siga unida y tranquila, porque siempre unidos, triunfaremos".
Una migrante uruguaya que también habló desde la emoción y con lágrimas cayéndole por las mejillas sobre su historia en el país. Explicó los peligros que corre esta población que buscó en Argentina una nueva vida: "Quiero agradecer a los gobierno tanto de Néstor como de Cristina fueron los años en los que vivimos bien. Yo tuve mi jubilación, mis hijos pudieron estudiar. No hay otra que salir a la calle como lo hicieron nuestros padres, para que así aunque yo no lo vea, que lo vean nuestros hijos. Tengo mucha impotencia, es muy injusto: yo vivo en Ituzaingó y la gente pide remedios... no te pide comida, te pide remedios. Es muy triste".
La columna mostri no se quedó en el closet: lesbianas, travestis, trans, gays y todo el diverso colectivo también ocupó las calles. Es que políticas como la ley de identidad de género cambiaron exponencialmente las vidas de las sobrevivientes, como se hace llamar el colectivo de travestis-trans que superan el umbral de expectativa de vida que es de 40 años en Argentina.
Una de las Históricas también habló con BigBang: "Yo soy de la época de la dictadura, yo estuve en un Falcon y sé lo que se pasa tras vivir presa, golpeada, ignorada y reprimida. Por eso Cristina para mí es todo, porque nos sacó de la oscuridad y nos hizo existir. Mi documento de identidad era lo que yo quería, a los 12 años, yo ya estaba en la calle con mi identidad. Cuando sos chiquita necesitás pertenecer, reflejarte en otros. La ESI es fundamental para que los chicos nuevos se sientan hallados".
Peregrinando junto al pueblo hubo un testimonio muy diferente al resto: el del padre Jorge "Chueco" Romero, de opción por los pobres que habló sereno y dio en la tecla: "El mensaje de estos días se fue construyendo entre todos, que es la unidad. El mensaje de Cristina sobre que pueden enterrarla a ella, también nos pueden gasear, golpear y hasta matarnos en alguna represión pero si el pueblo está unido jamás será vencido. Hay que buscar la unidad porque los poderosos buscan dividir a los pueblos para que no tengan fuerza, así que el mensaje de esperanza para que estemos cada vez más unidos".
La movilización del pueblo peronista en particular pero de los ciudadanos argentinos en general es un faro de luz en medio del caótico contexto político que se vive bajo el poder de la ultraderecha que avanza en Latinoamérica. El poder popular demostró una vez más que está dispuesto a lucha para conseguir la verdadera libertad: la que permite a las abuelas jubilarse, a las madres a acceder a la alimentación diaria, a las chicas trans a acceder a la salud pública, a los jóvenes a soñar con la casa propia, a los trabajadores a vacaciones dignas, al pueblo a votar a quienes deseen.