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Vuelve la cachiporra: la Bonaerense equipará a los uniformados con 55 mil bastones "tonfa"

Es un arma japonesa del Siglo XVIII que años atrás quedó en desuso. Serán capacitados y deberán evitar "situaciones abusivas".

27 Marzo de 2018 07:25
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Macana, cachiporra o bastón tonfa. Son algunos de los nombres que podrían describir un arma que había quedado en desuso para la Policía Bonaerense, que a partir de ahora volverá a utilizarla ante episodios que no ameriten el uso de armas de fuego. El gobierno bonaerense equipará a 55 mil efectivos con el “bastón policial”, y deberán llevarlo en la cintura de manera obligatoria y permanente.

El objetivo es que los uniformados puedan “actuar en determinados hechos sin tener que usar un arma de fuego”, según explicaron desde el ministro de Seguridad provincial que comanda Cristian Ritondo. Según consignó el diario La Nación, “el personal policial no tiene elementos de ataque, solo posee herramientas de trabajo para actuar en forma defensiva y preventiva”.

Los uniformados volverán a portar las cachiporras.

La cachiporra es un elemento de defensa personal que comenzó a ser utilizado en el siglo XVIII en Japón, y que desde hace tiempo la Bonaerense había dejado de utilizar. Ahora, además de recibir un entrenamiento, los uniformados tendrán un manual que indica cómo se debe usar, cómo se debe portar y en qué sectores del cuerpo puede ser aplicado y en cuáles su uso debe ser “moderado” o “evitable”.

Entre los argumentos, en la Provincia apuntan a que se pueda aplicar “un uso diferenciado de las fuerzas y de las armas de fuego, cuando las circunstancias del caso lo ameriten y en cumplimiento de las normativas vigentes”. Lo curioso es que el bastón tonfa nunca estuvo prohibido para los policías, y hasta estaba incluido en los planes de formación.

Los policías deberán ser entrenados para utilizar los bastones como alternativa al arma de fuego.

Su uso debe evitar “todo tipo de situación abusiva”, según indica la resolución 220/2018 firmada por Ritondo. En este sentido, aclara que se deben evitar situaciones en que se actúe de manera “discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra las personas, procurando siempre preservar la vida y la libertad de las personas”.

Las cachiporras se destinarán a casi el 60 por ciento de los agentes de la Bonaerense. Las autoridades consideran que se debe intermediar entre la fuerza física y el empleo de las armas de fuego en situaciones de riesgo. Los cursos duran una semana y se brindan en las escuelas de formación policial, donde se explica cómo debe ser utilizado como “espada” o como “escudo del brazo”.

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