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La pasión del tango en tiempos de cuarentena: "El virus nos invadió de formas impensadas"

La cantante habló con BigBang en medio de la presentación de "Soledad", el primer corte de su nuevo álbum.

por Alejo Paredes

11 Septiembre de 2020 17:56
carolinawinograd
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Será por su poesía, o quizás sea por la sensualidad que manejan sus letras. Lo cierto es que el tango, el ritmo argentino por excelencia,  provoca pasiones hasta en las coordenadas más insólitas del planeta. De oriente a occidente, es capaz de atraer a miles de turistas o de exportar su intangibilidad a las tierras más lejanas. Pero si hay gente que está sintiendo abstinencia de abrazos en estos días de aislamiento social, ellos son los tangueros.

Actualmente, si alguien quiere consumir algo de tango debe olvidarse de calle Corrientes e instalarse en alguna computadora o teléfono con internet. El tango encuentra en las clases virtuales o los shows por streaming resquicios por donde filtrarse en tiempos de aislamiento social. De esto sabe, y mucho, Carolina Winograd, una de las tangueras por excelencia que tiene este país. 

Oriunda de Escobar, la artista de 42 años empezó a cantar tangos como una actividad recreativa, como algo que simplemente la divertía, hasta que un día un karaoke le abrió las puertas a este fantástico mundo de poesías y pasión.

"Desde muy chiquita me gustaba actuar y cantar, pero como era muy tímida lo guardaba para mi. La vida me llevó por otros caminos, me recibí  y trabajé muchos años de abogada", contó en diálogo con BigBang.

Con 11 largos años de abogacía sobre sus hombros, sintió que la profesión la estaba "devorando". "Estaba desbordada de trabajo hasta que un día apareció un karaoke y fue la segunda vez, la primera había sido en un viaje de egresados, que me animé a cantar con gente al lado. Sentí algo raro, luego sucedió algo similar en una fiesta y después estaba arriba del escenario en Junín", relató sobre su inusual inicio como cantante. 

En realidad, su comienzo como tanguera fue curioso, ocurrió a partir del Pre-Festival de Tango de Junín 2009. La exitosa abogada corporativa, decidió inscribirse en ese certamen y resultó ser una de las ganadoras. Allí, en el escenario del Teatro de la Ranchería, se sintió tan plena y feliz que decidió llevar a cabo un importante cambio en su vida: dejó un lado las leyes y se convirtió en una intérprete de tango.

Si bien -aclaró- sigue ejerciendo como abogada, lo hace muy poco. "Mi vida cambió completamente y ahora me dedico al mundo artístico. El tango me cambió la vida y no solo me ayudó a recorrer distintos lugares del mundo, sino que me llevó a conocer a mi marido. A él lo conocí Israel, el estaba de vacaciones en la misma ciudad donde yo tocaba", le explicó a este portal, sin antes definirse como una amante de la "música española".

Desde septiembre de 2010, Carolina alterna presentaciones tanto en Buenos Aires como en los Estados Unidos, particularmente en Boston. Ese mismo año, fecha en la que conoció a su actual pareja, fue invitada a participar del Festival Sudamericano del Neguev, en Israel, en donde tuvo un aclamado debut. Además de sus presentaciones en el desierto del Neguev, también actuó en Tel-Aviv, Yaffo y Rannana.

Sin embargo, no fue hasta el año 2012 que la fanática de Virginia Luque sacó su primer álbum musical: "Ese álbum me ayudó a dar ese primer puntapié. Fue un proceso bastante rápido porque empezamos a dar conciertos afuera. Nos pidieron que grabemos y lo hicimos sin demasiada producción a diferencia de ahora, que tiene todo un equipo artístico detrás".

Para Carolina, el tango va consiguiendo fanáticos generación tras generación y lo definió como un ritmo incapaz de extinguirse. "El tango siempre fue joven, los autores más populares fueron jóvenes a la hora de crear estas poesías y esa juventud la vemos plasmada en todos los que estamos involucrados en esta movida tanguera. El tango conmueve como ningún otro ritmo, cuando te llega al corazón difícilmente puedas sacártelo", manifestó.

En ese sentido, explicó que en el exterior la Milonga es muy popular debido a que la gente de afuera les "apasiona bailar "y "se empapa mucho en la historia del baile del tango, que es lo que más se consume en países del oriente o en Estados Unidos". Actualmente, Carolina presentó “Soledad”, el primer corte de su nuevo álbum “Después” y reveló que, como a todos, se vio afectada por la pandemia y la posterior cuarentena.

Consultada por como lleva esta nueva realidad del país y del mundo entero, explicó: "Obviamente me afecto la cuarentena. El día que se decretó yo tenía un show en Escobar y obviamente se tuvo que suspender. Mis amigos músicos son de la Ciudad de Buenos Aires y nos es imposible juntarnos. Tuvimos que cambiar varias fechas que teníamos pensado para el lanzamiento. Pero en la tragedia, se pueden sacar cosas buenas".

Y agregó: "Ahora estoy en una fase creativa, constantemente creando. Uno en la vida tiene dos opciones. Dejarte vencer o apostar más fuerte en lo que uno ama. Hay que luchar ahora más que nunca en lo que uno ama o le apasiona. Teniendo la posibilidad de hacer música, que es un arma tan poderosa no hay que quedarnos callados y luchar pese a la adversidad".

En ese sentido, explicó que "Soledad" -la canción a la que le dieron vida Gardel y Lepera, y que describe aquello que queda cuando alguien se va, el vacío de lo inesperado y la esperanza por un volver que nunca llegará- tiene un nuevo significado para ella: "Mucha gente hoy está en sus casas y se siente confinada, por momentos sola, por lo que el tema lo sentimos de una manera muy diferente a cuando lo grabamos". 

Y aclaró: "Nuestras vidas cambiaron desde el primer día que se decretó la cuarentena por el coronavirus. Terminamos de grabar el disco un día antes y nos tuvimos que adaptar a esta realidad de golpe, como todo el mundo. Hoy en día no sabes si te va a pasar a vos independientemente de los cuidados que tengas. Por suerte en mi familia no nos ha tocado, pero si nos enteramos de conocidos o vecinos que transitaron la enfermedad".

En ese contexto, no ocultó su tristeza y remarcó que la presencia del COVID-19 se vive "con la misma angustia", a pesar de que ningún integrante de su familia estuvo expuesto a la enfermedad.

"Mi marido es bioquímico y trabaja en vacunas, estoy al tanto de lo que está sucediendo a nivel local e internacional. El virus nos invadió de formas impensadas, no solo física sino también mentalmente", concluyó. 

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