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Alerta por una nueva generación de juguetes que espían y graban a los chicos

Muñecas y robots interactuan con los niños, y mientras juegan y "conversan" registran todo lo que ocurre a 15 metros a la redonda. Denuncian control y apropiación de datos.

12 Diciembre de 2016 20:09
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Lo que parecía una fantasía o utopía de ciencia ficción ya es una realidad. Y cómo suele suceder en el género, no sería extraño que se convierta en una amenaza.

Escucha, graba y almacena. Una base de datos sobre la familia.

Lo cierto es que juguetes como las muñecas My Friend Cayla y los robot iQué bien podrían ser protagonistas de la distopía tecnológica de la serie Black Mirror. 

El robot solicita colección al dispositivo. Y a la cámara.

A primera vista, Cayla parece dulce e inofensiva. Pero, a pesar de su imagen de inocencia es mucho más que una muñeca y causa preocupación por lo que podrías ser. Curiosamente, ese es el eslogan que eligieron sus fabricantes para comercializarla: "Es mucho más que una muñeca que habla o una aplicación", señalan en su sitio web.

El "jueguete" es capaz de responder a preguntas y entablar una conversación en inglés o en español sobre casi cualquier tema: desde geografía hasta naturaleza, y familia o matemáticas. Y almacenar todo lo que escucha. "¡Es como una amiga de verdad! ¡Te hablará de casi todo! aseguran sus creadores, la compañía estadounidense de juguetes interactivos Genesis Toys. Y ya vendió más de un millón.

Para las asociaciones de defensa de los consumidores es un dolor de cabeza ya que, seriamente preocupados, consideran una peligrosa invasión de la privacidad de los niños y una "amenaza a su seguridad".

Te estoy vigilando

El Centro de información sobre la Privacidad Electrónica de EE.UU. (EPIC, por sus siglas e inglés), la Campaña por una Infancia Libre de Comerciales (CCFC), el Centro para la Democracia Digital y la Unión de Consumidores presentaron un recurso de queja el 6 de diciembre dirigida a Genesis Toys y a Nuance Communications, la firma especializada en reconocimiento de voz -con clientes militares y de inteligencia- que proporcionó el software para las aplicaciones de dos de sus juguetes, informa BBC.

La acusación es concreta y nada apocalíptica: advierten que graban conversaciones a través de las muñecas Cayla y los robots iQue, que funcionan con apps, y almacenar la información de forma injustificada.

La Comisión Federal de Comercio, a su vez, pide que se abra una investigación. "Esta queja es sobre juguetes que espían. Por su propósito y diseño, estos juguetes graban y almacenan conversaciones privadas de los niños sin limitaciones en su colección, uso o divulgación", indica  la demanda.

Ella todo lo escucha. Vigilados.

Y lo más grave, agrega, es que "someten a los niños a una vigilancia continua y no están sujetos a normas algunas de protección de datos", se explica.

Mini terminators

El robot, según los especialistas, solicita el acceso a la cámara del dispositivo, lo cual es "innecesario para su funcionamiento". Este juguete está programado para explicar datos científicos, gastar bromas y hacer efectos sonoros.

En cuanto a la muñeca, los organismos aseguran que contiene un micrófono que funciona con tecnología Bluetooth y un altavoz. A través de la aplicación, Cayla procesa datos para poder "comunicarse" con los niños, capturando sus conversaciones privadas. 

De esa manera, esas aplicaciones convierten las frases en textos para obtener respuestas usando Google Search y Wikipedia, entre otras plataformas digitales.

Barbie también lanzó su muñeca interactiva que todo lo graba.

Ambos juguetes "animan a los niños a tener conversaciones abiertas con ellos, como si estuvieran hablando con un amigo", y recaban información, señalan.

La aplicación de My Friend Cayla incluye una sección titulada "información sobre el niño", la cual invita a completar datos como nombre de todo su familia, programa, juego y comidas preferidas, escuela a la que asiste, lugar dónde vive y localización. Obviamente, almacena direcciones de IP.

¿El próximo?

"Es una muñeca interactiva y usa internet para responder preguntas y jugar con los niños", le dijo a la BBC Ken Munro, especialista en seguridad de Pen Test Partners. Munro descubrió una vulnerabilidad en el sistema tecnológico que usaron los fabricantes de Cayla. Y dice que esa falla le permite ser hackeada.

Acusaciones cruzadas

Genesis Toys fue contactada por la BBC, pero rechazó hacer comentarios al respecto por el momento. La compañía de software Nuance Communications respondió a las críticas y aseguró que se toma muy en serio la cuestión de la privacidad.

"No compartimos datos de voz por cuenta de ninguno de nuestros clientes", dijo Richard Mack, vicepresidente de marketing de la compañía. Sin embargo, la Asociación Europea de Defensa de los Consumidores acusó a la empresa de juguetes de transferir las conversaciones a la compañía Nuance Communications.

Tanto las muñecas como los robots iQue permiten establecer conexiones Bluetooth no autorizadas desde cualquier teléfono o tableta en una distancia de unos 15 metros.

Rik Fergurson, un especialista de la firma de seguridad estadounidense Trend Micro, dice que "lo más irregular es cómo los datos se coleccionan, guardan y comparten". Y dejó una advertencia: "Los padres no tienen conocimiento alguno sobre los datos que se almacenan o sobre cómo podrían usarse en el futuro". Y el futuro es hoy.

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