Big Bang! News
Más
Habemus Papam

León XIV, un nombre con ecos de historia y justicia social que se remonta a los tiempos del temido Atila

Por primera vez en la historia, un estadounidense liderará la Iglesia católica y eligió un nombre ligado a la firmeza, justicia social y el diálogo.

por Alejo Paredes

08 Mayo de 2025 15:00
Robert Francis Prevost Martínez
Robert Francis Prevost Martínez

El cónclave reunido en la Capilla Sixtina culminó este jueves con un anuncio histórico: el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como nuevo Papa, sucediendo a Francisco tras una jornada de deliberaciones intensas. La tradicional fumata blanca y el repique de las campanas anunciaron al mundo que la Iglesia católica tiene nuevo líder espiritual. Desde el balcón central de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el célebre "Habemus Papam" y reveló que Prevost eligió como nombre papal León XIV.

Robert Francis Prevost Martínez, León XIV
Robert Francis Prevost Martínez, León XIV

Este gesto, más allá de su simbolismo inmediato, evoca una profunda herencia histórica: la de los papas que llevaron el nombre León, figuras que marcaron la historia de la Iglesia con firmeza doctrinal, impulso diplomático y, especialmente, con un compromiso inquebrantable con la justicia social. En particular, el nuevo nombre remite al legado del Papa León XIII, autor de la encíclica Rerum novarum y considerado el fundador de la doctrina social moderna. 

Robert Prevost, de 69 años, se convierte en el primer pontífice oriundo de los Estados Unidos. Nacido en Chicago en 1955, fue nombrado cardenal por el propio Francisco en 2023, y hasta su elección se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos. Su ascenso al trono de Pedro representa, en palabras de varios analistas vaticanos, una señal de continuidad con la línea reformista del pontificado anterior, pero también un giro hacia una impronta pastoral centrada en América y sus desafíos sociales, políticos y espirituales.

Durante su primer saludo a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, el nuevo pontífice, León XIV, impartió la bendición "urbi et orbi" y llamó a la unidad, la paz y la justicia social. Aunque sus prioridades aún no fueron detalladas, el mensaje inicial y la elección del nombre marcan un rumbo: la Iglesia que quiere seguir dialogando con el mundo, sin abandonar su misión profética. El nombre León no es un detalle menor. En la historia de los 266 papas que tuvo la Iglesia, trece lo llevaron antes que Prevost, convirtiéndolo en el sexto nombre más frecuente del papado. Pero su peso simbólico supera la estadística.

León "El Grande", azote de Atila
León "El Grande", azote de Atila

El primero fue León I, conocido como León Magno, el Grande, quien gobernó entre los años 440 y 461. Su figura se volvió legendaria cuando, según la tradición, enfrentó al temido Atila, rey de los hunos, y logró disuadirlo de invadir Roma. León I también fue clave en la definición doctrinal de la doble naturaleza de Cristo y es uno de los pocos pontífices que ostentan el título de doctor de la Iglesia. Su pontificado marcó un punto de inflexión en el rol espiritual y político del Papa en un mundo en plena transformación.

Más de 1400 años después, León XIII asumiría el papado en 1878. Hombre de salud frágil al momento de su elección, fue considerado inicialmente un pontífice de transición. Pero su mandato duró casi 26 años y resultó uno de los más influyentes del siglo XIX. Vincenzo Gioacchino Pecci -tal era su nombre de nacimiento- fue un intelectual profundamente preocupado por la cuestión social. Su encíclica Rerum novarum, publicada en 1891, denunció las condiciones de explotación de los trabajadores, defendió su derecho a organizarse y advirtió sobre los peligros tanto del socialismo materialista como del liberalismo económico sin freno.

León XIII no sólo habló del mundo del trabajo: revalorizó el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, impulsó la apertura del Archivo Vaticano a los estudiosos y tendió puentes -a veces exitosos, otras no tanto- con las Iglesias orientales, el protestantismo y los Estados modernos. Su estilo diplomático, racional y pastoral dejó una marca que se extendería a lo largo del siglo XX. La elección de Robert Prevost como León XIV parece buscar conscientemente esa herencia.  

Vincenzo Gioacchino Pecci, León XIII
Vincenzo Gioacchino Pecci, León XIII

En un mundo nuevamente sacudido por desigualdades, guerras, migraciones forzadas y crisis ambientales, el nuevo Papa se presenta con el simbolismo de quienes defendieron con voz firme la dignidad humana frente a los poderes de turno.  A diferencia de otros pontífices que eligieron nombres que evocaban figuras bíblicas o del cristianismo primitivo, Prevost parece trazar una línea directa con el magisterio moderno y con la historia reciente de una Iglesia que busca presencia en el debate social sin diluir su esencia espiritual. En ese sentido, su papado podría marcar una segunda etapa del pontificado de Francisco.

Prevost y Francisco
Prevost y Francisco

Aunque muchos se aventuran a pronosticar que estará menos centrado en el perfil personal y más en la consolidación de reformas internas y líneas doctrinales orientadas a los márgenes. León XIV no hereda sólo una tiara simbólica, sino también una coyuntura compleja: divisiones internas en la Iglesia, tensiones globales, desafíos pastorales inéditos en continentes como África y América Latina, y la necesidad de tender puentes en un mundo cada vez más polarizado. En los próximos días se celebrará la misa de inicio de su pontificado, en la que se espera una presencia masiva de líderes religiosos y políticos. Pero ya el signo está dado: con su nombre, León XIV buscó recordar a los fieles y al mundo que la fuerza de la Iglesia no está en sus riquezas ni en su poder temporal, sino en su capacidad de alzar la voz por los que no tienen voz. Como rugido.

10