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Arzura, el refuerzo de River que debutó con Arruabarrena

Joaquín Arzura llegó al Millonario para reemplazar a Kranevitter. Cuando era DT de Tigre, Arruabarrena lo sacó de inferiores y lo hizo entrenarse con los mayores.

07 Enero de 2016 05:03
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Aunque apenas tenga 22 años, cuando a Joaquín Arzura, flamante refuerzo de River, le preguntan qué entrenador lo marcó, él dice que fue el actual director técnico de Boca. No es al único que menciona porque valora mucho a Fabián Alegre, a Pipo Gorosito, a Diego Cagna y a Gustavo Alfaro, pero con el Vasco Arruabarrena lo une algo especial: en 2011, siendo un pibe de 18 años, lo subió de los juveniles a entrenarse con la Primera: “Me ayudó a dar mis primeros pasos”, aclara.

Arzura no usa redes sociales y habla como un chico normal. Sabiendo que llegaría a River para reemplazar a Matías Kranevitter (Marcelo Gallardo se lo pidió a gritos a la dirigencia), el mismo día de la transacción fue, como siempre, a entrenarse con sus ya excompañeros de Tigre. Con la misma paciencia, sin comerse el papel de refuerzo millonario que habla mal de todo lo que tiene que ver con el rival, recuerda, incluso, que valora mucho al Vasco, pese a que después de subirlo a Primera lo hizo volver a bajar a inferiores y tuvo que esperar para poder debutar. Recién en agosto de 2013, en una derrota contra Quilmes, pudo rozar oficialmente el césped, ingresando en el segundo tiempo en lugar de Diego Castaño, a quien considera el mejor cinco de la historia de Tigre.

El joven volante central, que planificó dar un primer salto en su carrera yendo a uno de los grandes, es un obsesivo del juego. Su referente es Javier Mascherano, pero no cualquier Javier Mascherano, sino el de la etapa de Liverpool. “Fue el mejor de todos”, dice, dejando en claro que es un fanático de mirar fútbol.

A Arzura, en Tigre, lo apodan Pacman, como el devorador de fantasmitas de los videojuegos. A la medida de los grandes volantes del fútbol argentino, tiene despliegue, quite y sabe repartir el juego. Pese a que a River arribó Nicolás Domingo y que en el plantel está Leonardo Ponzio, su presencia en el mediocampo sería, por ahora, indiscutible en los planes de Gallardo. Luego de un gran año en el Tigre de Alfaro, se ganó que todos los grandes pusieran los ojos en él. 

Pero hay algo todavía más particular en Arzura. Alguna vez, Enrique Omar Sívori, figura de River y de Juventus en las décadas del '50 y '60, dio una teoría sobre los jugadores que andaban por la cancha con las medias bajas: "Eso de las medias lo inventé yo, era algo psicológico. Creía que al ver la pierna desnuda, el adversario me pegaría un poco menos”. Arzura, por estilo y por elegancia, decide hacer lo mismo: siempre juega con las medias bajas, como los talentosos de la pelota nacional.

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