03 Octubre de 2015 16:28
Estados Unidos bombardeó hoy un hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en la ciudad de Kunduz, Afganistán, provocándole la muerte a tres niños, cuatro pacientes y doce trabajadores de la ONG y heridas a 37 personas. En el momento del sorpresivo ataque, 80 médicos estaban atendiendo a 105 pacientes.
El jefe de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en Kabul, General John Campbell, le expresó sus condolencias al presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai, por lo sucedido, que para el vocero de la misión de la OTAN en ese país, Coronel Brian Tribus, fue un “daño colateral”.
“El ataque puede haber causado daño colateral a un centro médico cercano, minimizó el vocero de la misión de la OTAN en Afganistán.
Lo cierto es que los únicos capaces de sobrevolar el territorio afgano son los Estados Unidos. Ni los militares ni los rebeldes tienen medios aéreos.
¿Daño colateral?
El vocero del ministerio del Interior, Seddiq Seddiqi, intentó justificar el desastre al hacerse eco de un rumor sobre la presencia de “entre diez y quince talibanes” escondidos en el hospital.
Sin embargo, Médicos sin Fronteras había informado “a todas las partes del conflicto la localización exacta” de sus instalaciones, pero, sin embargo, el “bombardeo se extendió durante 30 minutos”. Por eso, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, exigió una “investigación imparcial y rigurosa”. Las imágenes ya hablan por sí solas.