05 Abril de 2015 08:04

El
papa Francisco clamó hoy por la paz del mundo, volvió a advertir sobre la situación de los cristianos perseguidos y pidió poner fin a las divisiones y la violencia, al presidir la
misa de Pascua en la plaza de San Pedro e impartir la tradicional
bendición "
Urbi
et
Orbi
".
La lluvia intensa no impidió que miles de fieles, entre ellos un grupo nutrido de argentinos, participaran en el Vaticano del oficio religioso en el que el pontífice
animó a los católicos a ir
más allá de la "comodidad" y echar la indiferencia de sus vidas”.
"Imploremos al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz", sostuvo.
Y, agregó
: "Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo y que son tantos".
Francisco exhortó a la comunidad internacional a que "no permanezca inerte frente a la inmensa tragedia humanitaria" en Siria e Irak, al tiempo que llamó al cese del "clamor de las armas" en Medio Oriente, Nigeria y Ucrania.
Tras suplicar el
don de la paz en
Nigeria
,
Sudán
del Sur y el Congo, instó a elevar una plegaria "por aquellos que perdieron su vida", y recordó en particular "a los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia".
"Imploremos al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y la violencia", añadió.
El
Papa argentino expresó su esperanza en el acuerdo sobre el programa nuclear iraní firmado recientemente "para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno" e imploró la paz para "todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones".
Francisco también reclamó "paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales" y condenó a los traficantes de droga y armas que "muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana".
Por último, el Papa pidió recordar "a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia".