10 Junio de 2025 12:41

Son muchas las preguntas que giran en torno a la muerte de Naila Benítez, la adolescente de 14 años que había sido reportada como desaparecida el sábado y cuyo cuerpo fue hallado el domingo por la tarde en un sector de difícil acceso de Villa La Angostura, cerca del borde del acantilado, en la zona de los miradores de la cascada Inacayal. Desde el momento en que la familia de Naila denunció su desaparición, la maquinaria del protocolo se activó inmediatamente: Policía, Protección Civil, rescatistas, voluntarios y hasta drones peinaron cada rincón del agreste paisaje que rodea el barrio Lomas del Correntoso, donde la joven vivía.

La búsqueda, desesperada y contra reloj, se extendió por más de 24 horas. Pero la esperanza se quebró a las 14:20 del domingo, cuando llegó la confirmación oficial: Naila estaba muerta. El cuerpo fue hallado en el fondo de una pronunciada pendiente, en un punto escarpado y casi inaccesible, próximo al precipicio. Según los primeros datos aportados por el médico forense, la causa de la muerte fue "politraumatismos de diversos tipos, debido a la caída que sufrió".
Un desenlace brutal que deja más preguntas que respuestas. La fiscalía de Villa La Angostura, en base al relevamiento realizado con drones, rastros recogidos en la zona y el testimonio de una mujer que habría visto a la adolescente cerca del precipicio el día anterior, sostiene como principal hipótesis que la caída habría sido accidental. Pero la investigación continúa y cada dato se analiza con minuciosidad. "Está todo bajo análisis", afirman desde el Ministerio Público Fiscal.
De acuerdo con las autoridades, no descarta ninguna línea de investigación en esta etapa. La mujer que habría sido la última en ver a Naila relató que, al verla sola y cerca del borde del acantilado, le preguntó si se sentía bien. Al notar la situación, acudió a la comisaría. Su testimonio fue clave para orientar el operativo hacia la zona donde finalmente fue hallado el cuerpo. Naila Benítez tenía 14 años, contextura delgada, ojos marrones y cabello lacio oscuro.

Iba a la CPEM 68, la escuela que este lunes suspendió las clases y amaneció rodeada de flores, carteles y lágrimas. Sus compañeros, docentes y vecinos intentan ahora entender lo incomprensible: cómo una tarde cualquiera, una caminata pudo transformarse en tragedia. Qué pasó en esas horas entre la última vez que alguien la vio y el momento en que fue hallada sin vida. En redes sociales, la foto de Naila circuló como un grito colectivo en busca de ayuda. Hoy, esa misma imagen está acompañada de palabras de despedida y una tristeza que se desparrama como una ola por todo el pueblo. "No hay consuelo", dicen desde el entorno familiar. Y es cierto: no lo hay.