24 Junio de 2025 11:18
El número de víctimas fatales por la administración de fentanilo contaminado en instituciones de salud argentinas ascendió a 48, según confirmó la última actualización del Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud, publicada el lunes 23 de junio. La cifra no solo alarma por su magnitud, sino también por la gravedad institucional del caso: al menos 62 pacientes resultaron afectados, 11 establecimientos registraron muertes, y dos laboratorios están siendo investigados por distribuir lotes del medicamento contaminados con bacterias letales. Los nombres en el centro de la escena son Pharma Group S.A. y Ramallo S.A.

Ambos fueron señalados por proveer ampollas de fentanilo que contenían las bacterias Klebsiella pneumoniae metalobetalactamasa (MBL) y Ralstonia pickettii. Las víctimas eran pacientes que ya se encontraban internados por otras causas y recibieron el medicamento en el marco de procedimientos clínicos habituales. El caso comenzó a salir a la luz gracias a la actuación del Hospital Italiano de La Plata, que ahora fue admitido como querellante en la causa penal.
En un comunicado oficial, la institución explicó que fue su Sector de Microbiología el que detectó la presencia de bacterias atípicas en pacientes internados en Terapia Intensiva, Cuidados Vasculares y el pabellón de Trasplantes. El equipo de Control de Infecciones activó el protocolo de brote y vinculó el patrón clínico con un mismo denominador: todos los pacientes habían recibido fentanilo.
Un análisis bacteriológico reveló que 10 de las 12 ampollas de fentanilo del laboratorio HLB Pharma estaban contaminadas, mientras que otro proveedor no presentó anomalías. "Se suspendió de inmediato el uso de ese lote y se retiró su circulación en toda la institución", precisó el director general del hospital, Roberto Martínez. "El reconocimiento judicial como querellantes *nos permitirá colaborar activamente en la investigación y exigir justicia por lo ocurrido. Lamentamos profundamente cada una de las pérdidas humanas y acompañamos a las familias afectadas", concluyó el escrito institucional.

La indignación crece también por un antecedente que no fue debidamente atendido. En 2023, la infectóloga Florencia Prieto, del Sanatorio Garat de Concordia, denunció públicamente que su equipo había encontrado bacterias similares en ampollas sin abrir de dexametasona, otro medicamento fabricado por HLB Pharma. "Encontramos la misma bacteria que ahora está matando gente. Estaba dentro de las ampollas cerradas. El brote fue controlado, pero hicimos la denuncia y la respuesta fue que el producto estaba bien", relató Prieto al medio Despertar Entrerriano.
La profesional expresó su frustración: "Nos dio un sabor amargo, creemos que desestimaron la denuncia por venir del interior, de una ciudad chica". Esta información podría resultar clave para determinar una posible negligencia o reincidencia en las malas prácticas de producción de HLB Pharma, que hoy está en el ojo de la tormenta junto al laboratorio Ramallo. Ambos son señalados por haber distribuido el fentanilo contaminado entre noviembre de 2024 y mayo de 2025. Frente al impacto del brote, el Ministerio de Salud activó una serie de medidas para reforzar la vigilancia epidemiológica.

Se estableció la obligación de notificar de manera inmediata cualquier caso sospechoso de enfermedad invasiva que haya recibido fentanilo, en cualquier establecimiento de salud del país, sin importar su pertenencia al sistema público, privado o de la seguridad social. Las investigaciones ahora buscan establecer responsabilidades penales y administrativas. La presencia de bacterias peligrosas en ampollas estériles apunta directamente al proceso de producción farmacéutica, y los antecedentes suman presión a la actuación judicial. El caso está lejos de cerrarse. A las muertes y el dolor de las familias se suman las fallas sistémicas en los mecanismos de control y respuesta, que permitieron la distribución de un medicamento contaminado durante meses.

Lo que comenzó con un patrón clínico inusual en un hospital bonaerense ya se convirtió en uno de los mayores escándalos sanitarios de los últimos años en la Argentina. Mientras tanto, los familiares de las víctimas, los médicos que detectaron el brote y las instituciones afectadas esperan respuestas, sanciones y cambios estructurales que eviten que una tragedia como esta vuelva a repetirse.