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"Sentimos el apoyo": Silvino y Graciela antes del escrache y cómo cambiará el operativo de seguridad

Los imputados no recibirán como todos los miércoles a sus padres por temor a más agresiones.

por Manuela Fernandez Mendy

18 Enero de 2023 16:10
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"¡Asesinos, asesinos, asesinos!". Todo indicaba que la última audiencia del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa iba a ser caliente, pero pocos imaginaron el desenlace de la jornada. A la polémica por los peritos médicos presentados por Hugo Tomei -que serán denunciados por falso testimonio por parte de Fernando Burlando-, se le sumaron las declaraciones de Lucas Pertossi y Blas Cinalli. Pero los verdaderos protagonistas de la jornada fueron los vecinos de Dolores, quienes ingresaron en la sala de audiencia con sus cánticos en contra los imputados ni bien se enteraron de que dos de los acusados romperían el silencio. "Sentimos el apoyo", agradecieron Silvino Báez y Graciela Sosa sólo minutos después de finalizada la audiencia, antes del feroz escrache que sufrieron los padres de los rugbiers a la salida del Tribunal.

 

"Estoy bien, estoy entera. Mi foco está puesto en la misa de hoy", reconoció Graciela en diálogo con BigBang, desde el pasillito en el que siempre se refugia durante los cuartos intermedios. "No me sorprendieron las declaraciones", sumó, en alusión a los crudos testimonios de Pertossi y Cinalli, quienes buscaron posicionarse como "víctimas" de un presunto ataque perpetuado por los amigos de Fernando, aquella madrugada del 18 de enero del 2020 en Villa Gesell.

 

A pocos metros se encontraba uno de los mejores amigos de Fernando, quien asistió a todas y cada una de las audiencias del juicio. Parado a un costado de la sala, escuchó atento -tal y como lo hizo con los otros acusados que decidieron declarar- la "versión de los hechos" de los rugbiers. "¿Cómo me contuve? No lo sé", reconoció ya con un dejo de resignación. "De ellos no se puede esperar otra cosa", sumó.

"Fernando tenía ADN mío pero nunca le pegué": la confusa declaración de Blas Cinalli

 

Cuando los vecinos de Dolores se enteraron de que Pertossi rompería el silencio comenzaron a apostarse cerca del cordón policial emplazado frente a los Tribunales. Y así, se los comenzó a escuchar dentro de la sala de audiencias. "Si no es perpetua no es justicia", fue el primer cántico que ingresó. Marcial Thomsen, el padre de Máximo, no ocultó su malestar. El resto de los padres de los imputados bajaron la cabeza e intentaron no dar acuso de recibo, pero la situación se tornó inevitable cuando una mujer tomó un megáfono y comenzó a nombrar a cada uno de los ocho imputados.

 

"Máximo Thomsen", se escuchaba. "¡Asesino!", respondía la multitud. "Blas Cinalli", sumaba. "¡Asesino!". El malestar en los rostros de los padres de los imputados era indisimulable, aunque ninguno quiso realizar declaraciones al respecto. Sin embargo, el malestar del padre de Thomsen se evidenció aún más cuando todos los apostados frente al tribunal corearon como si se tratara de un partido de fútbol y no de un juicio por homicidio agravado: "Y llora, y llora y llora Thomsen llora".

Del otro lado de la audiencia, Silvino y Graciela eran obligados no sólo a ver una vez más los videos del ataque; sino también a escuchar a los que golpearon a su hijo y luego se jactaron con liviandad en sus chats: "Flasheamos, matamos a uno". "Sentimos el apoyo de la gente y el cariño. Al principio, pensé que era un celular en la sala. Después me explicaron que había gente afuera y que estaban acompañándonos a su manera. Yo lo único que quiero es que la Justicia actué y que haya justicia por Fernando. Necesito poder darle a mi hijo un poco de paz, que finalmente pueda descansar en paz", reveló Silvino en diálogo con BigBang.

 

Al salir de los Tribunales, los padres de Fernando recibieron el cariño de la gente. "¡Si no es perpetua no es justicia!", fue lo primero que les cantaron. Luego, sumaron: "¡Fuerza Graciela, fuerza Silvino! ¡Acá la única víctima es Fernando!". Ambos agradecieron la demostración de afecto y se mostraron emocionados. Luego, se fueron del lugar escoltados con parte del equipo de Burlando y sin dar declaraciones a los medios.

Otro rugbier rompió el silencio: la estratégica declaración de Lucas Pertossi

 

Lo que comenzó como una muestra de apoyo hacia los padres de la víctima se convirtió en un acto de barbarie, cuando los padres de los imputados abandonaron el Tribunal con custodia policial. Ni los escudos de los efectivos que los acompañaron tres cuadras lograron resguardarlos de los escupitajos, los golpes y las agresiones verbales. Incluso, llegaron a arrojarles botellas y un bidón con nafta a uno de sus autos.

 

"¡Pidan disculpas!", les exigían los vecinos a los padres, quienes no respondieron a las agresiones y toleraron el escrache hasta que lograron ingresar a los dos autos en los que se trasladaban. "¡Criaron asesinos! ¡Son unas basuras!", sumaba con violencia la gente, que forzó a los efectivos a aceitar el operativo de seguridad para evitar mayores desmadres.

El temor por posibles escraches se instaló con fuerza desde el lunes. De hecho, ese día se estableció de común acuerdo que la visita semanal de los miércoles al penal fuera trasladada al jueves. "Es para mostrar respeto por el aniversario de lo que pasó", explicaban desde el entorno de los imputados. Sin embargo, la jornada de hoy no sólo evidenció el calor social, sino que alertó a las autoridades policiales, quienes ya preparan un refuerzo de seguridad de cara a los alegatos de la semana que viene y, en especial, al veredicto.

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