04 Julio de 2025 09:26
A las tres de la madrugada, en una ciudad helada y casi desierta, un cuerpo yacía en la esquina de Cabildo y Roosevelt. El brillo de los faroles reflejaba el rojo espeso que manchaba la vereda, mientras el silencio se rompía con las sirenas que llegaban tarde. Era un hombre de 33 años, con múltiples heridas en el pecho y un cuchillo de cocina a pocos centímetros. A su lado, de pie, casi inmóvil, su pareja: una mujer de 40 años, la única testigo de un final violento y todavía envuelto en sombras.

Lo que ocurrió en las últimas horas en el barrio porteño de Belgrano es una tragedia de esas que no terminan de encajar en ninguna categoría. ¿Suicidio? ¿Homicidio? ¿Una pelea que se fue de las manos o un infierno cotidiano que encontró su punto final? Según el relato que la mujer ofreció a la Policía, todo comenzó unas cuadras antes, en un departamento sobre la calle Rivera, entre Ciudad de La Paz y Amenábar. Allí vivían juntos, entre discusiones, adicciones y episodios de violencia que los vecinos ya conocían demasiado bien. De acuerdo con su testimonio, tras una discusión, el hombre se autolesionó con un cuchillo en el pecho y, sangrando, decidió bajar solo a la calle.
Caminó dos cuadras, tambaleante, arrastrando un rastro hemático por el ascensor, el palier, la entrada del edificio y la vereda, hasta desplomarse en una de las avenidas más transitadas de la ciudad. El Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) llegó cuando ya no había nada que hacer. La muerte fue constatada en el lugar. La mujer fue inmediatamente demorada. Su testimonio, cargado de contradicciones, activó el protocolo judicial. El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, a cargo del juez Edmundo Rabbione, ordenó su detención y dispuso tareas periciales a cargo de la Unidad Criminalística Móvil.
Las pericias buscarán ahora reconstruir con precisión lo que ocurrió en ese departamento y en los últimos pasos del hombre. Los investigadores encontraron manchas de sangre en el interior del hogar y en el recorrido que llevó al desenlace final. Lo que no encontraron aún es una explicación coherente. Los vecinos no están sorprendidos por el caos, pero sí por el final. Algunos definieron como un "infierno" el hogar que compartía la víctima como su pareja. Según describieron, la policía acudía todo el tiempo bajo las denuncias por gritos, peleas, noches enteras con él en la vereda pidiéndole que lo dejara entrar: "Era tóxico, se cag... a palos. Venía la policía cada dos por tres".

En diálogo con al aire de Arriba Argentinos, el vecino mencionó problemas de adicción, no solo en la pareja, sino especialmente en la mujer, que habría tenido antecedentes de conflictos con otras personas del edificio. ."Tengo el departamento a la calle y los escuchaba siempre gritar. Que lo haya matado a él es fuerte, pero siempre había problemas entre ellos", expresó. La justicia deberá establecer ahora qué ocurrió dentro de ese departamento y si lo que hubo fue un asesinato.

