A días de conocerse la sentencia del juicio contra el cartonero acusado de secuestrar, retener y ocultar a la niña conocida como “M”, su abogado defensor habló con BigBang y anticipó los argumentos expuestos en el alegato.
Se trata del doctor Jorge Alfonso, el abogado defensor de Carlos Alberto Savanz, quien fue detenido el 18 de marzo de 2021 por retener a la pequeña de siete años y llevarla en bicicleta desde el barrio porteño de Villa Lugano hasta la ciudad bonaerense de Luján.
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Será el Tribunal Oral número 1 el que dará a conocer el veredicto, postergado para el martes 12 de julio luego de que la querella, la fiscalía y la defensa pronunciarán sus alegatos el pasado jueves. Los jueces Fernando Ramírez, Luis Salas y Adrián Pérez Lance anunciarán en ese entonces su decisión.
La querella y la fiscalía piden una pena de 30 años para el acusado. Su abogado defensor responde.
-¿Qué opina de esta pena?
-Nosotros respondimos que desde el punto de vista de la primera infracción, al artículo 146, donde habla de tres verbos que define la figura, que son secuestro, retención y ocultamiento, que no se dieron ninguno de los tres en virtud que estamos hablando de gente marginal, que toda la vida vivió en la calle.
-¿Es un aliciente?
-Por empezar, Carlos Alberto Savanz no sabe leer ni escribir. Se maneja en un mundo como el que se maneja la mamá y la menor. Viven en la calle, a la intemperie y comen y duermen cuando pueden. De hecho, duermen en lugares inhóspitos que no son acordes al común de la media de la sociedad.
Nosotros planteamos, además de que no hubo intención ni hubo dolo, de un error de previsión en el cual Carlos no comprendía realmente lo que estaba haciendo.
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-¿Qué pensaba su defendido al llevarse a la menor?
-Él dio una versión que quiso sacar a la menor de una situación comprometida con una madre adicta y su pareja, que al día de hoy está siendo buscada y tiene un pedido de captura, aunque no por esta causa, sino por otra que tenía anteriormente. Nosotros en varias oportunidades quisimos que forme parte de la causa pero como no lo pudieron ubicar, no formó parte del juicio oral.
Con respecto al abuso, el otro delito que se lo acusa, son todas especulaciones, no hay certeza ni nada que confirme el hecho. Y en esta instancia no puede haber ni el mínimo de duda. No existe ningún elemento objetivo que defina el tipo penal como para que se le acredite a él la responsabilidad.
Además, algo que ya habíamos argumentado en el alegato, que es que la menor dejó en claro que nunca tuvo ningún tipo de contacto con él: dijo que no durmieron juntos, que nunca se frotó ni nada por el estilo. Con lo cual, las acusaciones son todas interpretaciones que hace la fiscalía.
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-¿Eso reflejaron las pericias?
-En las pericias se determinó que había ADN de él en la ropa y ADN de ella, pero que no estaban mezclados. Lo que no se puede acreditar es que sea de ese momento. Además, hacía días que ninguno de los dos se bañaban, estaban si asearse. En la situación en la que vive esta gente, te repito, se bañan cuando pueden, comen cuando pueden y duermen cuando pueden.
Lo que sí dijo la menor en la cámara gesell, que es una prueba fundamental para este tipo de cuestiones, es negar todo. Negó cualquier tipo de acercamiento, tocamiento o cualquier indicio que pueda determinar algún tipo o riesgo de abuso sexual.
Te digo más, hablan de una mancha en una sábana que apareció en un hospital, pero él nunca estuvo en el hospital. De hecho, cuando durmieron en el bosque nunca la cobijó con una sábana. Durmieron en colchones separados, sin sábanas y vestidos. Ella misma lo contó ante la cámara gesell y la psicóloga. No sé de dónde sacaron esa historia.
-¿Cómo surge este argumento?
-No lo sé realmente. Me llama poderosamente la atención cómo interpretaron los hechos para acusar a mi defendido por los dos delitos. Yo creo que acá hay una presión mediática, una causa que tuvo en vilo a toda la sociedad argentina y que hasta el debate oral se pudo sostener por parte de los que intervinieron en el proceso.
Pero creo que el tribunal va a dirimir la cuestión con una absolución. Nosotros pedimos precisamente la absolución de los dos delitos.
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-¿Puede la presión social influenciar en el fallo?
-Creo que en su momento sí. La presión social hizo que intervengan 1500 policías para buscar a la menor. Tres fuerzas de seguridad, pero la encontraron los vecinos en Luján. Él declaró, expuso y explicó los motivos por el cual pidió permiso para llevarse a la nena. Estuvo casi dos horas y media y respondió todo tipo de preguntas, tanto de los tres jueces como de la querella y la defensa. Y aclaró el porqué se la llevó y fundamentó todas las respuestas que dio.
-¿Por qué lo hizo? ¿Para cuidarla?
-Exactamente, esa es la palabra justa: para cuidarla. Porque la menor se encontraba en un riesgo con esa pareja que no apareció nunca en el juicio oral, y con la madre, que es una pobre chica la verdad. Para ser honestos, acá hay tres víctimas: la madre, la menor y nuestro cliente. Forman parte de un estrato social marginal que la sociedad tiene que entender. Acá no hubo intención desde el punto doloso de los delitos.
-Con respecto al delito de sustracción, ¿qué puede decir?
-Bueno, el delito de abuso descartémoslo. Pero por ejemplo, decían que Savanz la ocultaba, pero en todas las cámaras y en todas las vistas de las filmaciones y todos los distritos que pasó ella estaba parada en el asiento de atrás de la bicicleta. Nunca la ocultó. Lo único que hizo fue cobijarla por el frío de la noche con cartones, y esto fue dicho por ella. ¿Con qué se tapa la gente que está en la calle? Con cartones. Eso fue lo que argumentamos nosotros.
-¿Fue la primera vez que su cliente se llevaba a una chica para “cuidarla”?
-Lo que a mí me llama poderosamente la atención es que la madre tiene como 8 o 9 hijos, y ninguno está con ella. Ahora la menor está viviendo con la abuela y una tía. Jamás la madre se hizo cargo de la nena.
El martes habrá novedades. Mientras tanto, la mamá de M sigue en un centro de rehabilitación para tratar sus dependencia a las drogas.